BASE MILITAR CHILENA,UN MENSAJE DE MIEDO ANTES QUE DE INTIMIDACION.POR
Rolando Prudencio Briancon.
BASE MILITAR CHILENA,UN MENSAJE DE MIEDO ANTES QUE DE INTIMIDACION.POR
Rolando Prudencio Briancon
Antes que provocarnos miedo a los bolivianos la instalación de la base
militar chilena en Cariquima, a 15 km de nuestra frontera; lo que los
bolivianos podemos sentir por la instalación de esa base -la misma
que además viola las convenciones internacionales, sobre la
instalación de bases militares más allá de los 50 Km fronterizos- es
que no pasa de ser un mensaje de miedo el que siente, y trasmite el
gobierno chileno, ante el inexorable avance del fallo, que tarde o
temprano la Corte Internacional de La Haya le tocará dictar.
Y es que la instalación de la base militar chilena en Cariquima, se
parece aquella otra desesperada, como también temerosa reacción que
tuvo el gobierno chileno, cuando hace poco más de un año, durante el
inicio del juicio ante la Corte de La Haya, que le inició Bolivia, el
gobierno chileno atufadamente apeló a la excepción de “incompetencia”,
del máximo tribunal de Justicia internacional, y obviamente ante
semejante receloso recurso, el tribunal rechazó el mismo, confirmando
la continuación del juicio, que es lo que en última instancia ha
llevado a las autoridades chilenas a tomar ahora la desproporcionada
decisión de instalar una base militar, equipada con armamento de
guerra como misiles y acorzados blindados para combatir la
delincuencia común, como el robo de movilidades, o el contrabando.
Y es que si fue en su momento una “mala noticia”, el rechazo a la
excepción de incompetencia planteada a la Corte de La Haya; ha sido
una otra “mala noticia” la reciente decisión del presidente Evo
Morales de plantear una nueva demanda contra el Estado chileno; ésta
vez por el desvío ilegal de las aguas del manantial del Silala, que
desde hace casi un siglo atrás el Estado chileno se ha estado
beneficiando, sin reconocer retribución alguna a favor del Estado
boliviano.
No es pues ya ninguna novedad, que neuróticamente reaccione como lo
hace hoy Chile, toda vez que ésta reacción tiene su origen en el miedo
y temor que tiene de hacer valer derechos que nunca los tuvo; si no
que alevosa y agresivamente los hizo valer en base a la fuerza. Pero
además que nunca ha respetado convenios internacionales, como los de
la Convención de Ottawa, sobre el desminado de minas personales en los
márgenes fronterizos; habiendo por contrapartida colaborado el
gobierno boliviano en todo lo que pudo; ya sea en la devolución de más
de ¡500 movilidades robadas! en territorio chileno, o colaborando con
el terremoto que se produjo hace tiempo atrás, durante el gobierno de
Piñera.
Seguramente que no serán las únicas señales que el gobierno chileno,
de aquí en más envíe a Bolivia para intimidar sobre la posibilidad de
hacer valer el delincuencial despojo que ocasionó al país, pues ya
ante los tribunales poco o nada ya le importa, pues no es la razón, si
no el uso de la fuerza -por la razón o la fuerza- que es el mensaje
que ha mandado con la instalación de esa base militar; y que
obviamente no se puede obviar también el papel que de manera
encubierta el Ejército chileno, también tiene su cuota parte.
Es por ello que el justificativo que alegan las autoridades chilenas
sobre que la instalación de la base militar, es para combatir la
delincuencia, no tiene peso toda vez que ésta labor le corresponde a
la Policía y los Carabineros de Chile, y no así a los militares
quienes ya han instalado su base en Cariquima.
En cuanto a la posición de los bolivianos; lo menos que debemos
demostrar es miedo y temor, pues son ellos los que temen ante un fallo
que fatalmente les pedirá cuentas.
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